• www.lanuevacuba..com/master
  • 24/03/2009
  • Compartilhe:

LA CUBA QUE LE ESPERA A OBAMA

El nuevo presidente norteamericano debe intentar el cambio pac?co de la isla hacia una democracia estable, con respeto a los derechos humanos y que pueda ser razonablemente pr?ra en el futuro Washington debe plantearse siempre una pregunta: ¿impulsa a los cubanos hacia la democracia y hacia la apertura econ?a o contribuye a consolidar en el poder a una oligarqu?autoritaria que se reparte abusivamente las rentas del pa? Qu?onflicto cubano le deparar?l destino al presidente Barack Obama? Alguno habr?Sin duda, ser?na etapa de riesgos y de oportunidades. Probablemente, durante su mandato morir?idel Castro y se abrir?n momento propicio para contribuir a enterrar la dictadura cubana y a tratar de impulsar una transici?ac?ca hacia la libertad, como la que vivieron los pa?s de Europa del Este tras el derribo del Muro de Berl? con el objeto de que en Cuba se entronice una democracia pac?ca y pr?ra con la cual tener buenas relaciones. Para eso, Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton, van a necesitar suerte, sentido com?flexibilidad y car?er. Obama, pues, tampoco debe hacerse ilusiones con relaci? Cuba. Diez presidentes antes que ?han tenido conflictos con el r?men de los hermanos Castro. Sin embargo, es probable que durante sus primeros cuatro a?de mandato las cosas comiencen a modificarse dentro de la isla. El punto de partida de esos cambios pudiera ser la muerte de Fidel Castro. Se sabe que la mayor parte de la estructura de poder quisiera una reforma profunda, pero el viejo comandante, tercamente estalinista, lo impide. Esta observaci?s importante: mientras Fidel Castro viva, cualquier concesi?ignificativa que el Gobierno de Obama le haga a La Habana es contraproducente. Ser?nterpretada como Fidel Castro tiene raz? no hay que hacer ning?ambio sustancial a nuestro modelo totalitario. Sin embargo, en el momento en que desaparezca Washington debe hacer un gesto de buena voluntad, incluso a Ra?astro, como una se?de aliento a las fuerzas reformistas, con el mensaje expl?to de que Estados Unidos est?ispuesto a ayudar generosamente a los cubanos para transformar el pa?en una democracia pac?ca y razonablemente pr?ra. Para el Gobierno de Obama ? debe ser el objetivo: el cambio pac?co de Cuba en una democracia estable, con libertades y respeto por los derechos humanos, dotada de un aparato productivo que les permita a los cubanos vivir en su pa?sin tener que emigrar ilegalmente a Estados Unidos. Una naci?emejante a Costa Rica, con buenas relaciones con sus vecinos y con Estados Unidos, que, lejos de expulsar a su poblaci?or falta de oportunidades, sea capaz de absorber a los millares de exiliados que regresar? a Cuba si las condiciones de vida fueran aceptables. Ese objetivo conduce a descartar cualquier tentaci?e pactar en Cuba con una tiran?como la china o la vietnamita, con una cleptocracia como la rusa, o con una dictadura militar. Durante casi todo el siglo XX Estados Unidos jug? carta de nuestro hijo de p…, y le dio un p?mo resultado. Washington qued?talmente desacreditado por predicar la democracia y proteger las dictaduras. Tras Somoza, vinieron los sandinistas. Despu?de Batista lleg? comunismo a Cuba. No tiene sentido revivir esa estrategia otra vez. ¿Qu?uede hacer Obama para estimular los cambios? Hay varias medidas: reducir gradualmente las sanciones econ?as si la dictadura excarcela presos pol?cos o alivia la presi?obre los disidentes; elevar el rango de la representaci?iplom?ca a la categor?de embajada; facilitar intercambios deportivos y acad?cos. Pero ante cualquier iniciativa, Washington debe plantearse siempre una pregunta: ¿impulsa a los cubanos hacia la democracia y hacia la apertura econ?a o contribuye a consolidar en el poder a una oligarqu?autoritaria que se reparte abusivamente las rentas del pa? Si es lo segundo, no vale la pena intentarlo. Poco antes de su discurso del primero de enero, profundamente antiamericano, Ra?astro, entonces en Brasil, insisti?blicamente en su deseo de hablar con el presidente Obama. ¿Por qu?¿Qu?e propone? Tiene tres objetivos en la manga: acceder a cr?tos blandos para importar productos americanos, pese a la bien ganada fama de insolvente que padece el Gobierno; atraer a cientos de miles de turistas estadounidenses, y la excarcelaci?e cinco de los catorce esp? cubanos capturados en 1999 por el FBI -nueve de ellos se declararon culpables, pactaron con jueces y fiscales, recibieron condenas muy leves y ya est?discretamente integrados en el mundo americano-. Con los dos primeros objetivos alcanzados, Ra?astro liquidar?pr?icamente lo que queda del embargo. Con el tercero, contentar?a Fidel Castro, quien est?mpecinado en no morirse hasta que no regresen a Cuba sus agentes m?duros. Naturalmente, pese al clamor general en demanda de cambios pol?cos profundos, ni Fidel ni Ra?iensan abrir los m?enes de participaci?e la sociedad cubana. Por eso es tan acertada la cr?ca de Pablo Milan? que recientemente declar?e no conf?en ning?irigente cubano que tenga m?de 75 a?. Los Castro creen que todo lo tienen atado y bien atado. S?que eso casi nunca es cierto. Europa Sur Espa?Infosearch: Jos?. S?hez Analista Director Dept. de Investigaciones La Nueva Cuba Marzo 22, 2009 Fonte: La Nueva Cuba